Sin nada que hacer

Estaba yo pensando en... en... pues en nada. No había nada que hacer, necesitaba algo que hacer.

Ya había lavado al perro, sacado al perro, sacado al perrito, lavado la camioneta, lavado mis manos, lavado a mí... Ya me había quedado sin opciones. 

¡A escribir en el blog! ¡Claro! La respuesta estuvo enfrente de mí todo el tiempo: Escribir en el blog, pero ¿Escribir de qué? 

O que la chingada, ya tampoco había nada para escribir.

... wait, todavía había un par de cosas por hacer: cargar el celular, escribir en el blog, recoger mi cuarto, lavar a perrito, recoger otra vez mi cuarto, ponerle más música al celular, jugar con el PSP Paulina, hacer tarea, recoger por tercera vez mi cuarto...

Damn, ahora había demasiadas cosas por hacer ¿Qué pudo haber causado un cambio tan radical en mi vida? Bueno, en mi vida no, pero en mi día sí. De todos modos es un cambio muy drástico, tener que escoger entre todas esas cosas pendientes... creo que hasta Sherlock Holmes tú puedes saber que decidí.

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Sigo sin temas...

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Meh, a la verga. Mañana vengo con cosas que contar, de mientras jugaré Castlevania...

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Cambio y Fuera

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